Cada vez que cumplo años y me hago mayor, voy teniendo más claro que quiero triunfar. Es posible que decidir triunfar no dependa siempre de uno mismo, pero haré todo porque sea así. Cuantos menos factores influyan y menos personas tengan que intervenir para ellos, más fácil será.
Para todos los que alguna vez hemos trabajado por cuenta ajena, sabemos que estamos cumpliendo el sueño de alguien que quiso emprender. Yo decidí cumplir mi sueño, voy a luchar por cumplirlo tanto a nivel personal como profesional.
Uno de mis lemas es:
Hazlo. Y si tienes miedo, hazlo con miedo.
Desde el día que tomé esta frase como lema, todo empezó a cambiar en mi vida. Solo una actitud positiva ante todos los retos que se me han planteado en mi vida deportiva, profesional y deportiva han hecho posible que tenga una visión totalmente diferente.
Mis prioridades han cambiado. Yo no puedo ser un «funcionario» que vaya 40 años a trabajar al mismo puesto de trabajo día tras días a hacer lo mismo. He decidido vivir, y para ello estoy intentando crear un camino que quiero que vosotros lo veáis. Todas mis fuentes de ingresos, mis proyectos, mis experimentos, mis fracasos y éxitos…¡Todo!
Walt Disney me parece un personaje del siglo pasado que hay que admirar por todo lo que hizo durante su vida. El texto que viene a continuación es suyo. Disfrutadlo.
Aprendí y decidí triunfar
Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar…
decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,
decidí ver cada noche como un misterio a resolver,
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades,
y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos,
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar,
Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui,
Me dejó de importar quién ganara o perdiera,
ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener,
es tener el derecho de llamar a alguien “Amigo”.
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento,
“el amor es una filosofía de vida”.
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados
y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz
si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas……….
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad,
desde aquel día ya no duermo para descansar………
ahora simplemente duermo para soñar